Nuestra Historia

Vivimos con máscaras... Por mucho tiempo mantuve una máscara de sabelotodo, mujer feliz, valiente, amable, cortés, y quizá mi ego me habí­a permitido usar hasta la de "Perfecta". Recuerdo una vez en una terapia en que el terapista me dijo "quí­tese la máscara" y yo le respondí­: es muy difí­cil, la persona sin la máscara sufre, y a mi no me gusta sufrir.

Cuando descubrí­ que los caballos transmiten información importante para nuestras vidas, me di a la tarea de tratar de ser empática con ellos, saber cuando algo les molesta y la forma de convivir con ellos. He pasado largas horas observando los caballos para determinar la forma más eficaz de ganar su atención y su respeto. Mi caballo Fandango fue clave para ayudarme a enfrentar mis miedos. A pesar de que logré mantener la calma y controlar la situación durante una posible caída, me di cuenta de que, aunque parecía tranquila, en realidad tenía miedo. Este descubrimiento me llevó a un profundo viaje interior, buscando entender quién soy, cuáles son mis dones y mi propósito en la vida, y qué legado dejaré. Así comenzó mi camino hacia el autoconocimiento y la autenticidad.

En los primeros talleres a los que asistí­ en Arizona, me di cuenta que lo que estaba escuchando era la voz de mi intuición, la cuál ni siquiera sabí­a que existí­a. Sabí­a que algo dentro de mi me mandaba mensajes, la llamaba mi conciencia, pero su función era otra. Encontré a Linda Kohanov, fundadora de Eponaquest y escritora del best seller The Tao of Equs, así­ como Riding Between the Worlds and The Power of the Herd. Me gradué de Eponaquest como Instructor Aprobado de Aprendizaje Experiencial Facilitado por Caballos con énfasis en Liderazgo.

Hoy se que soy una persona amable, bondadosa, cariñosa, empática, valiente, honesta, luchadora, persistente y tenaz, y que a la vez soy rebelde, celosa, temerosa, vulnerable, perfeccionista, entre otras cualidades y defectos. No me avergüenzo de ninguna, ni de mi lado blanco, ni de mi lado obscuro; ahora entiendo que todas son parte de mi, todas me forman y me hacen la persona que soy, sólo lucho cada dí­a por aceptar mi lado obscuro para utilizarlo en pro de buenas acciones.

¿Cómo nació c’ubuntu?

El segundo integrante de la manada fue mi caballo Ubuntu. Era un caballo impresionantemente bonito, noble y amoroso, se llamaba de esa forma por la filosofía africana Ubuntu: que significa “estamos juntos en esto. Somos persona por que los demás son personas” (si deseas aprender más de la filosofía haz click aquí). Lamentablemente, luego de 3 meses de estar conmigo, murió.

Nelson Mandela promovió esta filosofía diciendo que las personas deben SER Ubuntu; por lo que en honor a mi caballo y esta filosofía decidí llamar mi empresa C’Ubuntu en 2013 luego de mi capacitación en Eponaquest.

Más de 2,500 personas han formado parte de mis talleres y cursos y han manifestado haber logrado conocerse a sí mismos, mejorar sus relaciones, encontrar su propósito y mejorar su calidad de vida. Mi mayor satisfacción es poder contribuir a que otras personas encuentren su mejor versión.

Si estás listo para ponerte como tu prioridad, ven y únete en este camino del auto descubrimiento!

Los caballos cambiaron el rumbo de mi vida. Cambiaron mi visión, mi forma de ver la vida, la naturaleza, la manada y la comunidad